jueves, 14 de agosto de 2025

Capítulo 8: El señor Paco y las "public-releixions"

  Don Paco estaba aquella mañana de guardia en la tienda, trabajando duramente como cada día...





Y en estas que se fua a echar un traguito al coleto para descansar un rato...



... pero se llevó una desagradable sorpresa.

-¡Ni una triste gota! ¿Pero cómo puede ser que se acabe tan pronto? A ver si va a ser que el porrón se me ha estropeado... Me iré a casa a por el otro.



Mientras tanto, doña Sofía estudiaba con ahínco en casa de sus padres mientras su madre se hacía el bajo a una falda.



Doña Sofía se examinaría en breve para sacarse el graduado escolar y estos últimos días iba a casa de sus padres a estudiar porque se concentraba más. Estaba la pobre un pelín cardiaca, pero intentaba mantener la calma.



-Cariñete, ¿quieres que te prepare un cafetito? -le dijo su madre para animarla.


Pero antes de poder ni levantarse, hace acto de presencia el padre de doña Sofía y saluda a su hija amablemente.

-Hija mía, ¿otra vez estudiando? ¿Pero no ves que te vas a quedar ciega o algo?


Doña Charo se sulfuró y salió rauda en defensa de su hija.

-Anda, Paco, vete a la tienda y deja de dar la murga.




-Vale, vale... pero si luego se queda cegata a  mí no me lloréis...  Hala, me voy al súper a hacer la compra.

-¿Que vas al súper a hacer la compra?... Anda y no me hagas reír -respondió doña Charo-; comprar vino es a lo que vas tú...



Cuando se fue su marido, doña Concha miró a su hija y vio la solución a su agobio.

-Tesoro, ¿qué te parece si tomamos un cafecito y nos vamos después a la pelu para que te relajes un poco?



Su hija lo tuvo claro meridiano y sonrió.

-Me parece un plan perfecto, mamá.



Mientras tanto, en el súper estaba la clientela pero que muy entretenida...



El camarero Tobías no podía quitar ojo a la pata de Jabugo que tenía frente a los ojos;



la señorita Emilia estaba hipnotizada por los tarros de mermelada de tantos colores y sabores como había;




y Marisa, la dependienta, no podía dejar de escuchar embobada y absorta a Lupe, la vicetiple más famosa del barrio. 

-Pues sí, como lo oyes... Cuando trabajaba en París, un conde me propuso muchas cosas... y no todas muy decentes, la verdad. Bueno, ¡en realidad no era decente ninguna!.. Ay, Marisa, qué risa... jijijijij


-Madre del amor hermoso, qué vida la tuya tan apasionante -dijo Marisa cayéndose en la silla de la emomción.

Y en estas estaban cuando aterrizó el señor Paco.



-Pero si está aquí a la famosa vedette Lupe, lo más bonito del barrio -dijo el señor Paco nada más ver a la artista.



-Señor Paco, es usted un adulador -contestó Lupe entornando los ojos-. Vicetiple, solo vicetiple...

-Qué me dice, ¡imposible!... ¡Usted solo puede ser artista principal! 



-Qué amable es usted siempre, señor Paco -contestó Lupe haciéndole ojitos. Porque, sinceramente, era un verdadero misterio, pero a la vicetiple Lupe el señor Paco le parecía de lo más atractivo y exótico. Seguramente había pasado demasiado tiempo en el extranjero...


-Bueno, pues nada, me voy ya -dijo la artista-. Adiós Marisa, y a usted, señor mío, un placer verlo. Está usted cada vez más guapo. Hasta otra.



Y el señor Paco se fue a la sección de los vinos la mar de contento y pensando que estaba hecho un galán.




Allí hizo acopio, con gran celeridad, del morapio que necesitaba para el buen funcionamiento de sus articulaciones.



Antes de volver a la tienda, pensó en darse una vuelta por la peluquería de al lado a saludar. A ver si tenía también suerte y la peluquera lo veía igual de guapo.

-Hola, muy buenas -dijo-. Solo venía a saludar.




-Hola, señor Paco -dijo la peluquera-. Qué sorpresa, es usted muy amable.
-Si quieres sacamos unos vasitos y nos echamos un vinillo al coleto.
-Pues... a ver... muchas gracias por la invitación, pero es que justo ahora tengo trabajo. 


-Pero si con un poco de este vino vas a trabajar la mar de agusto. El mundo coge un color especial.

-No lo dudo, señor Paco, este vino tiene pinta de dar un gran colorido a la vida, pero es que ahora justamente van a venir su mujer y su hija para que las tiña y preferiría ver bien los colores para hacerlo en condiciones.
-Ay va, ¿mi mujer y mi hija vienen ahora?



-Sí, so cabezón, mira que eres pesado a veces -dijo doña Charo entrando por la puerta-. Mira que presentarte aquí con tu morapio. Anda, vete a la tienda y haz algo de caja que te conozco. Hoy tu hija y yo nos vamos a arreglar la melena y luego nos vamos a comer con Fedora.



-Vale, vale, mujer, no te "inrites".. Que yo solo quería invitarla a un vinito como gesto amistoso. ¿No ves que soy un fenómeno de las "public-releixions"?



Y después de arreglarse las melenas, doña Charo y su hija se fueron a comer una paella con doña Fedora.



-Charo, te ha quedado el pelo monísimo -dijo doña Fedora.

-Ay, Fefé... Desde que fuimos a la consulta del doctor Castaneda... ¡es que soy otra!

-Vaya, mira por donde no solo ha curado las migrañas de Sofía -rió su consuegra.


Doña Sofía estaba muy relajada y lo pasaba muy bien hablando con Greta, la peluquera, que se apuntó a la paella encantada. Era agradable poder hablar un poquito más con ella, le caía muy bien y estaba encantada de que sus hijas hubieran hecho tan buenas migas.




Y la paella... Qué decir de la paella. Tobías se había superado...



    ¡Buen provecho!



CONTINUARÁ...



lunes, 14 de agosto de 2023

El bar-cafetería

Y llega el momento de presentaros el bar-cafetería de Modella. Lo compré antes que la cafetería Hogarin porque estaba desesperada de no hacerme con ella. La gracia fue que, al poco de comprar la de Modella, apareció por fin la de Hogarin. Cosas del coleccionismo 😀...

Como ya os he comentado otras veces, no suelo quedarme con habitaciones "duplicadas" porque mi colección es sobre todo para montar historias con los personajes, las habitaciones, el atrezzo... Para mí no tiene sentido tener la misma habitación en pequeño y en grande (y la prefiero en grande porque es más fácil hacer fotos y montar escenas 😅). Peeero, en este caso, yo es que veo una diferencia de enfoque importante en las habitaciones y por eso me he quedado las dos.

Esta habitación de Modella yo la veo más restaurante, mientras que la de Hogarin la considero más como un pub, un local más de fiesta. No sé, a ver qué os parece a vosotros...

Además, como soy una rebelde y hago de mi capa un sayo, pues he cambiado la distribución de los muebles y los he colocado como me va a mí bien para mis historias. Faltaría más, yo siempre a mi rollo😂

Aquí están las fotos de esta monada 😍 














CONTINUARÁ...


viernes, 23 de septiembre de 2022

Capítulo 7: La vuelta al cole




Era el primer día de cole para Pedrito y Carlota. Las vacaciones se habían acabado y tocaba volver a la rutina y reencontrarse con los amigos. Como todos los años, doña Sofía y don Alberto, los acompañarían en su primer día. En familia se llevaban mucho mejor los nervios ;)


-Venga niños, acabad el desayuno. A ver si vamos a llegar tarde ya el primer día -dijo doña Sofía a sus hijos-.

-Eso, eso -dijo don Alberto-. No os despistéis que ya no estamos de vacaciones.


-Pues yo tenía ganas de empezar ya el cole -dijo Carlota.

-Mira que eres rara, Carlota. No me digas que tienes ganas de volver a hacer deberes..

-No es eso, tonto, es que tengo ganas de ver a Renata. Hace mucho que no puedo jugar con ella...




-Pero Carlota, ¡si Renata vino a jugar contigo la semana pasada! -contestó su madre sorprendida.



- Es verdad, cielito -le dijo don Alberto-. Renata ha venido mucho a casa estas vacaciones. Habéis jugado mucho juntas.

-Ya, pero es que ahora la voy a ver CADA DÍA -contestó Carlota entusiasmada-. ¡Eso es todavía mucho mejor!



-Anda, vamos a recoger los libros, no vayamos a hacer esperar a Renata -contestó burlón Pedrito.



-Jo, pues yo estoy un poco nervioso -le confesó Pedrito a su hermana en la habitación-. A mí no se me da tan bien eso de volver al cole.




-Carlota, ¿y si nos despedimos de las marionetas antes de irnos?




-Qué bonitas son, ¿verdad? -dijo extasiada Carlota. 

Hacía poco que las tenían y estaban los dos encantados.

-Sí que son bonitas. ¡Y además muy divertidas! A la vuelta del cole -dijo solemne su hermano-, después de los deberes, jugamos con ellas.

-Síiiiiii -contestó Carlota entusiasmada.



Eran unas marionetas perfectas para su teatrillo. Un regalo que les había hecho una buena amiga* hacía un tiempo y que ellos disfrutaban muchísimo.

*Gracias, Dolors por tu colaboración en mi minimundo ;) 



-Lo que más me gusta de volver al cole son mis botas nuevas, Carlota. Voy a poder jugar a fútbol la mar de bien. ¡Van a chutar solas!

-A mí me encantan los zapatos que me ha comprado mamá. ¡Son de mi color preferido!



Y así llegaron al cole, en compañía de sus padres, equipados con sus libros y sus zapatos nuevos.


-Bueno, niños -dijo don Alberto-, que vaya muy bien el día.

-No te preocupes, cielo -dijo doña Sofía a su hijo-. Verás como en seguida se te pasan los nervios.

-Si ya casi se me ha pasado -dijo Pedrito sacando pecho.



Muy cerca de ellos otra madre despedía a su hija.

-Que vaya muy bien, Lola. Verás como pronto haces nuevos amigos.

-Sí, mami, ya tengo ganas de conocerlos a todos.



Y así los padres se despidieron de sus niños y niñas con una sonrisa y buenos deseos. Quizá no sólo los más pequeños tenían un pequeño nudo en el estómago.

Doña Sofía se había fijado en la joven madre que despedía a su hija. Eran nuevas en el colegio y se acercó a ella para presentarse.




-Hola, buenos días. Me llamo Sofía y este es Alberto, mi marido. ¿Sois nuevas en el colegio?

-Hola, sí, encantada. Me llamo Greta. Mi hija Lola empieza este curso y está entusiasmada. A ver qué tal le va.


-Seguro que le irá bien -le dijo don Alberto-. Es una escuela genial, hay muy buen ambiente. 

-A ver si hay suerte y Lola coincide con Carlota y Pedrito. Es una clase muy maja -dijo doña Sofía. 

-Ojalá que sí. Lola es muy sociable y enseguida hace amigos. A mí me cuesta más, soy más tímida que ella -dijo Greta sonriendo algo nerviosa-.

-Tú tranquila -le dijo doña Sofía con una amplia sonrisa-, poco a poco...


Los niños vieron a sus amigos nada más llegar y todo fueron gritos y saltitos de alegría.



-Renata!

-Carlota!

Las dos amigas se abrazaron como si no se hubieran visto la semana pasada, ni la anterior, ni la otra...



-Samuel, cómo va eso?

-Pedrito, cómo va eso?

Los chicos no fueron tan efusivos, pero así desaparecieron por arte de magia los nervios que habían llevado en la barriga hasta entonces .


La señorita Emilia se dirigió a la clase.

-Niños, os voy a presentar a una nueva compañera. Se llama Lola y va a estar con nosotros a partir de hoy.

Los niños se callaron y la miraron intrigados.



-Lola, te sentarás al lado de Carlota. Ella te ayudará a instalarte la mar de bien, ¿verdad que sí?


Carlota estaba feliz.

-Sí, claro que sí. Luego te lo enseñamos todo Renata y yo.

-Muchas gracias. Estoy algo nerviosilla, espero que se me pase pronto.

-Claro -dijo Carlota-, el primer día es normal. Hasta mi hermano Pedrito estaba nervioso...



-Niños -dijo la señorita Emilia-, empezaremos el día con una bonita redacción. El tema: Mis vacaciones. A ver qué tal se os da. Luego las leeremos todas.



-Pues parece que ya no estoy nervioso -se dijo Pedrito-. Y me parece que este curso pinta muy bien. Esa niña tiene unas trenzas muy bonitas...



-Oye, Carlota. ¿Y a tí te gustan los Monsters?

-¡Mucho! ¡y a mi hermano también!

Lola sonrió muy contenta. ¡Qué suerte había tenido de encontrar a Carlota!





CONTINUARÁ...